En el ámbito de la industria moderna, disponer de una estrategia precisa de mantenimiento no se limita a ser un costo inevitable, sino que constituye un factor clave para la competitividad, seguridad y eficiencia operativa.
Este artículo resume los principales tipos de mantenimiento industrial, su evolución, aplicaciones y cómo integrarlos dentro de una visión más amplia, que incluya la gestión de activos y enfoques avanzados como el mantenimiento centrado en confiabilidad o el mantenimiento basado en condición.
¿Por qué es importante conocer los tipos de mantenimiento industrial?
Cuando hablamos de mantenimiento en plantas industriales, nos referimos a un conjunto de actividades orientadas a preservar la capacidad operativa de la maquinaria, instalaciones y sistemas auxiliares.
Tal y como señalan diversas fuentes, el mantenimiento industrial es requerido para garantizar la eficiencia operativa, prolongar la vida útil de los activos y reducir los costos asociados a paradas imprevistas o reparaciones inesperadas.
Asimismo, entender adecuadamente los diferentes tipos y cuándo aplicarlos permite diseñar una estrategia coherente con los objetivos de la planta: disponibilidad, confiabilidad, seguridad y costo mínimo de ciclo de vida. En ese sentido, la gestión de mantenimiento forma parte de la gestión de activos, como explicaremos más adelante.
Principales tipos de mantenimiento industrial
A continuación, se presentan los tipos más frecuentes de mantenimiento en la industria, con sus características, ventajas y limitaciones.
Mantenimiento correctivo
Este tipo de mantenimiento ocurre cuando un equipo ha fallado o ha dejado de cumplir con su función prevista, y se procede a su reparación o reemplazo. En palabras sencillas: “se rompe, se repara.”
Ventajas: simplicidad de implementación, mínima planificación.
Limitaciones: altos costos de parada, impacto en producción, dificultad para predecir efectos.
Se recomienda aplicarlo solo en activos de baja criticidad o cuando la operación tolere fallas puntuales.
Mantenimiento preventivo
Consiste en realizar intervenciones programadas con base en intervalos de tiempo, horas de servicio o ciclos de operación definidos por el fabricante. Busca reducir el riesgo de fallas, prolongar la vida útil de los equipos y mantener la disponibilidad operativa planificada.
Ventajas: permite planificar recursos y reducir imprevistos.
Limitaciones: puede generar intervenciones innecesarias o no detectar causas ocultas de falla.
Mantenimiento predictivo
Se fundamenta en la observación y el monitoreo continuo de variables como vibración, temperatura, presión, calidad del lubricante, entre otros. Mediante técnicas de análisis predictivo, permite anticipar fallas incipientes, optimizar recursos y ejecutar acciones correctivas solo cuando son necesarias.
Ventajas: intervenciones más precisas, menor interrupción y mejor retorno de inversión en activos críticos.
Limitaciones: requiere inversión en sensores, software de análisis y personal especializado.
El siguiente apoyo audiovisual explica cinco técnicas de mantenimiento predictivo: vibraciones, termografía, análisis de aceites, ultrasonido y monitoreo eléctrico, destacando su importancia para prevenir fallas y optimizar la confiabilidad industrial.
 
	Mantenimiento basado en condición
Considerado una evolución del mantenimiento predictivo, este enfoque realiza intervenciones únicamente cuando los indicadores de condición muestran signos de deterioro. Se fundamenta en el estado real del equipo, no en calendarios.
Ventajas: optimización de recursos, reducción de mantenimientos innecesarios, intervención precisa.
Limitaciones: necesita monitoreo continuo y técnicos especializados.
Mantenimiento centrado en confiabilidad (MCC / RCM)
Este tipo de mantenimiento es una metodología estructurada que analiza modos de falla, efectos y criticidad para definir qué tareas son las más adecuadas para un activo determinado.
Objetivo: asegurar que un activo continúe cumpliendo su función dentro del contexto operativo.
Ventajas: enfoque sistemático, priorización de activos críticos, mejora en disponibilidad y confiabilidad.
Limitaciones: complejidad inicial y necesidad de análisis detallado (FMEA/FMECA).
Modalidades complementarias o emergentes de mantenimiento
Además de los enfoques clásicos, la industria moderna ha adoptado modalidades complementarias que amplían la gestión tradicional. Entre ellas destacan:
- Mantenimiento autónomo: parte del Mantenimiento Productivo Total (TPM). Los operarios realizan tareas básicas de limpieza, lubricación, inspección y ajuste, promoviendo una cultura de responsabilidad compartida. Su principal ventaja es la detección temprana de anomalías y reducción de fallas menores.
- Mantenimiento prescriptivo: evolución del mantenimiento predictivo, basado en analítica avanzada e inteligencia artificial; anticipa fallas y recomienda la acción óptima considerando costos, riesgos y tiempos. Representa la convergencia entre Industria 4.0 y mantenimiento inteligente.
- Mantenimiento mayor o de revisión total: aplicado en paradas planificadas (overhaul) de equipos complejos; busca restaurar el rendimiento original sustituyendo componentes críticos y extendiendo la vida útil del activo.
Estas modalidades no sustituyen los tipos fundamentales (correctivo, preventivo, predictivo, basado en condición y centrado en confiabilidad), sino que los complementan, permitiendo una estrategia más integral, inteligente y alineada con la gestión de activos bajo marcos como ISO 55000.
Integrando los tipos de mantenimiento con la gestión de activos
Para que la estrategia de mantenimiento tenga impacto, debe insertarse dentro de una visión integral de gestión de activos. Se entiende por gestión de activos el proceso sistemático de garantizar que los activos físicos sean confiables, disponibles y rentables a lo largo de su ciclo de vida.
Según la norma ISO 55000, esta gestión implica considerar costos, riesgos, oportunidades y beneficios para maximizar el valor de los activos de la empresa. En este marco, los tipos de mantenimiento son funcionales, pero la planificación, la priorización de inversiones y la gestión del ciclo de vida deben abordarse desde una perspectiva estratégica.
¿Cómo seleccionar el tipo de mantenimiento adecuado?
- Inventario y criticidad de activos: identificar cada equipo, su función y el impacto de su falla.
- Evaluación del contexto operativo: frecuencia de uso, condiciones ambientales y consecuencias de parada.
- Selección del tipo de mantenimiento: activos de baja criticidad → correctivo/preventivo; activos críticos → MCC o basado en condición.
- Implementación de métricas: indicadores como MTBF (tiempo medio entre fallas) y MTTR (tiempo medio de reparación) permiten evaluar la eficacia del programa.
- Revisión periódica: la estrategia debe adaptarse al envejecimiento de los equipos y cambios del entorno operativo.
Conclusiones
Los tipos de mantenimiento industrial “correctivo, preventivo, predictivo, basado en condición y centrado en confiabilidad” representan un recorrido evolutivo desde la reparación reactiva hasta la gestión estratégica orientada a la confiabilidad y el ciclo de vida de los activos.
Integrar estos enfoques dentro de un marco de gestión de activos aporta ventajas tangibles: mayor disponibilidad, menores costos operativos y mejor rendimiento global. En la era de la Industria 4.0, donde la analítica y la automatización redefinen la productividad, un plan de mantenimiento adaptado al perfil de cada activo puede ser la diferencia entre la operación eficiente y la ineficiencia estructural.
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